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Baja volcán se enmarca dentro del género de realismo mágico. Las situaciones presentadas –de índole maravillosa- se suceden dentro de un marco de realidad que es asumido por los personajes como parte habitual de su existencia y del entorno en que viven. Una naturaleza desbordada que responde a sus propios ciclos reproductivos, mucho más veloces que los normales, la existencia de una fauna fantástica y la aparición escénica del imaginario de los personajes hacen de Baja volcán una pieza que, dentro de su estructura mágica, no pierde el anclaje con la realidad general y particular de nuestra sociedad.